viernes, 19 de junio de 2015
Cara de Angel ( Capitulo IV)
El lunes al salir de la universidad Elizabeth cogió el coche de su hermano y se planto en la dirección que le había dado Jeremiah, toda emocionada y muerta de curiosidad. La dirección la llevo a una pequeña casa de campo con un precioso jardín.
Cuando Elizabeth llamo al timbre se abrazo a su abrigo y cuando se abrió la puerta vio a una mujer mayor que debía ser la asistenta.
-Hola, soy Elizabeth Bates- le dijo con suavidad y la mujer asintió con la cabeza
-Pase, el señor Leblanc la esta esperando- le dijo con voz grave-¿me da su abrigo?
Cuando la joven se lo entrego la llevo hasta el ultimo piso y llamo a la única puerta.
-Adelante-se oyó desde dentro, estaba claro que era un hombre y con una interesante voz ronca, la mujer abrió la puerta y se hizo a un lado para dejarla entrar y cuando Elizabeth se vio dentro de la instancia se quedo parada mirando a su alrededor mientras la mujer cerraba la puerta tras ella.
La habitación era grande, llena de lienzos, material de pintura y como únicos muebles una mesa llena de telas manchadas, unas sillas, un sofá viejo, un elegante diván en medio de la habitación, frente a una caballete enorme, una barra de bar y allí estaba él.
Él, era un hombre de unos 30 años, muy alto, de complexion atlética, de pelo negro como el carbón, largo, casi por los hombros y un exagerado flequillo que no le dejaba ver muy bien su cara.
Al oír cerrar la puerta levanto la cabeza y ella lo pudo ver mejor, tenia los ojos azules de un azul de los mas claros que ella había visto.
El hombre la miro de arriba a bajo haciendo que se pusiera ligeramente colorada
-Hola-susurro ella con timidez.
-Hola, soy Mark, puedes entrar en esa habitación y cambiarte de ropa, ponte lo que hay sobre la cama, puedes quitarte también el maquillaje de la cara y los zapatos-le contesto con frialdad y ella levanto las dos cejas
-No llevo maquillaje-murmuro de nuevo haciendo que él clavara sus ojos en los suyos durante unos segundos y asintió con la cabeza señalándole la puerta que ella no había visto e imaginaba que era la habitación, por lo que ella dio media vuelta y se fue hacia allí,
Como suponía era una habitación normal con una cama enorme, un par de mesitas un armario y sobre la cama había una bata de raso blanca por lo que soltó un suspiro, ¿a si que con eso es con lo que la iba pintar?.
Después de desnudarse y ponerse la bata volvió al estudio, donde él estaba mirando lienzos.
-Sientate en el diván-le dijo sin mirarla. Elizabeth le obedeció, y espero a que él eligiera un lienzo de los grandes y lo colocara en el caballete, cuando lo hizo se acerco a ella y metiéndose los pulgares en sus bolsillos traseros la miro de nuevo.
-Las piernas arriba..-susurro, cuando lo hizo él asintió con la cabeza-ladeate hacia mi y apoya el codo sobre el brazo del diván...
Elizabeth se coloco como él le había dicho y lo miro.
-Ya se que no es cómodo, pero intenta no moverte, si estas cansada me lo dices y haremos un descanso-le dijo bajando un poco la voz y ella le sonrió casi con vergüenza asintiendo con la cabeza.
Mark se dirigió a la mesa mientras de una de sus muñecas se cogía un atador de pelo y se recogía el suyo en una coleta.
-No importa donde mires mientras lo haces hacia mi-medito cogiendo un lápiz y poniéndose cara al lienzo, Elizabeth respiro hondo, por algún motivo el corazón le latía a mil por hora.
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