viernes, 10 de julio de 2015

Cara de Angel ( Capitulo VII )


Las siguientes dos semanas se pasaron muy rápido, Leblanc le pagaba todos los viernes como un reloj.

Su relación con él era totalmente nula, apenas hablaban, era extraño pero él seguía igual de frió y serio, aunque eso le producía cierta curiosidad a la vez le gustaba esa sensación de silencio mientras el no dejaba de pintar.

El tercer viernes se presento lluvioso y al poco rato de estar posando se creo una gran tormenta de enormes truenos que resonaban en el amplio y vació estudio de una forma que sobresaltaban a Elizabeth cada vez que sonaba uno, mientras ella se asustaba el lanzaba ligeras miradas a los ventanales y aunque ella no lo conocía mucho estaba segura de que no le gustaba para nada esa situación y de repente soltó un gruñido.

-Descansa un rato, tal vez la puta tormenta decida  marcharse a otra parte-renegó dejando el pincel y la paleta en la mesa. Al oírle Elizabeth soltó un bufido apoyando la cabeza en el respaldo del diván 
-Lo siento-susurro sintiéndose culpable  mientras se abrazaba a sus piernas. Leblanc se acerco a la barra del bar sin hacer caso de lo que le había dicho.
-Algo de beber?-le pregunto y ella le miro sorprendida, no esperaba para nada algo a si.
-Cola-musito sin dejar de mirarle, el joven estuvo hurgando detrás de la barra unos minutos y luego salio con dos botes uno de cerveza y uno de coca cola.
-Habías visto alguna tormenta en el campo? no suenan igual que en una gran ciudad, la primera vez asustan un poco-medito tendiéndole su bote, para luego sentarse a su lado en el diván

Elizabeth se lo abrió y después de darle un sorbo volvió a mirarle, él estaba dándole largos tragos a su cerveza mirando al frente como si estuviera solo

-Si cuando terminemos sigue lloviendo así seria mejor que te quedes un rato mas si no tienes nada que hacer, no creo que sea buena idea que conduzcas diluviando-pensó en voz alta de repente haciendo que ella levantara las cejas, ahora si que la había dejado alucinando.
-No tengo nada que hacer y te lo agradezco no me gusta conducir con lluvia además Nigel tiene guardia a si que estaré sola en casa-le dijo y Mark la miro de reojo 
-¿Tu novio?-pregunto como si nada y ella negó con la cabeza mientras sonreía ligeramente 
-Mi hermano mayor, compartimos piso-le aclaro, mientras él ladeaba la cabeza hacia los ventanales, ya que parecía mas hablador de lo que había estado desde que lo conoció el primer día tal vez podían mantener una conversación a si que se irguio ligeramente dispuesta a preguntar-¿hace mucho que pintas?
-Desde los 4 años-le contesto haciendo una mueca llena de ironía, al oírlo ella hizo un gesto de sorpresa, 
-Vaya eso es mucho tiempo, no me extraña que pintes cuadros como el que tiene Carey-pensó en voz alta y en cuanto termino de hablar noto como él se tensaba levantandose con brusquedad
-Yo no pinte ese cuadro, volvamos al trabajo-musito dirigiéndose hacia el lienzo, Elizabeth cerro por unos segundos los ojos, de repente sintió que acababa de cruzar por la sala una ráfaga de aire enrarecido, eso le pasaba por preguntar algo que no le importaba la próxima vez no se le ocurriría preguntar nada sobre él.

Mark dejo el bote y cogió la paleta con el pincel para girarse cara a ella, que seguía en la misma posición y al darse cuenta, de un salto dejo su cola en el suelo y se coloco como siempre.

Pero la paz duro poco por que Mark al rato soltó el pincel de mala manera en la mesa

-Se termino por hoy, no creo que pueda pintar nada con estos truenos, ve a la habitación y cambiate-le dijo poniéndose de espaldas a ella.

Elizabeth le obedeció sin decir nada y en cuanto se puso su jersey de lana negro, sus vaqueros y sus botas altas salio de nuevo de la habitación encontrándolo tumbado en el viejo sofá con su cerveza en la mano.

-Puedes buscar a Sarah y pedirle lo que quieras, por favor no te vayas hasta que amaine un poco la tormenta-musito sin mirarla por lo que ella asintió y se marcho del estudio.

Mark Leblanc era de lo mas raro... Sarah la llevo a un salón con una enorme chimenea encendida y le sirvió una taza de te 

-Gracias, ¿llevas mucho tiempo sirviendo al señor?-le pregunto sabiendo que ella si le contestaría 
-Oh si, alrededor de 6 años, desde que el señor regreso de Francia-le explico y Elizabeth la miro de reojo
-Vivía en Francia?-curioseo con suavidad y Sarah asintió con la cabeza
-Paso toda su adolescencia allí-le dijo y la joven arrugo la nariz
-Sus padres viven allí-volvió a preguntar y esta vez la mujer hizo un gesto de tristeza negando con la cabeza
-Sus padres murieron cuando él era un niño, el señor Carey lo mando a un colegio interno en Francia-le aclaro y Elizabeth pensó que había preguntado demasiado y la verdad es que no entendía por que, ella no era curiosa pero no podía evitarlo Mark le producía una curiosidad que no podía controlar
-Gracias Sarah-susurro avergonzada de si misma 

Cuando se quedo sola movió la cabeza mirando el fuego arder en la chimenea, así que era huerfano... tal vez por eso tenia ese carácter tan seco, por haberse criado sin sus padres y mientras estaba pensando eso se abrió la puerta y entro él con la misma tranquilidad y sin hacer ruido de siempre

-Olvidaba que hoy es viernes y toca pagarte-musito tendiéndole las libras, la joven se las cogió sonriendo con timidez
-Gracias... como hoy no hicimos las dos horas puedo venir mañana por la mañana un rato no tengo nada que hacer y no me importaría venir-se ofreció con suavidad sin saber como se lo podía tomar él, Mark la miro con seriedad, sentándose en el suelo junto a la chimenea

-¿Por la mañana a las 10?-insinuó y ella asintió imediatamente haciendo que el moviera la cabeza afirmativamente, bueno al menos esta vez no le había desagradado su idea, y sonrió bajando la cabeza mientras le daba un trago a su caliente y reconfortable té.

No hay comentarios:

Publicar un comentario