Jerone se había
acostumbrado a vivir en los bosques desde que se había ido de
la granja, ya no comía
comida cocinada, bueno no comía directamente hacia
ya tiempo que se
alimentaba de sangre, los animales del bosque le proporcionaban lo
que necesitaba para sobrevivir después de 3 años formaba parte de la
naturaleza como los arboles, los animales las piedras y todo lo demás
era listo, rápido, su olfato era extraordinario, era ingenioso y a
pesar de que al principio tuvo que esconderse por que los humanos lo
persiguieron como el animal que era, no pudieron encontrarlo al
contrario durante unos meses estuvo riéndose de ellos entrando en sus
establos
durante la noche y
alimentandose por placer de sus animales pero al final se
canso del juego y los dejo
en paz.
No necesitaba nada mas,
viva como un animal, el mas temido, se movía de un lado para otro, no
tenia un lugar fijo y su memoria se había borrado con el paso de los
segundos, minutos , horas, días, semanas ..hasta no quedar nada en el
en la época de frió, ese invierno era duro se había movido durante la
noche, por que ya no era capaz de estar al sol, cuando un día
comprovo como se quemaba al salir de la cueva donde había dormido,
ese día aprendió de una forma dolorosa que el sol no era su amigo, a
si que se movía de noche cazaba y se iba de un lado a otro y ese
invierno era duro por que la comida escaseaba y se había obligado a
ir a un par de granjas para alimentarse de algunas gallinas y lo
odiaba.
El sabor de la sangre con
el de las plumas le desagradaba pero no podía hacer nada mas además
estaba débil y no tenia fuerza para enfrentarse a nadie en ese
momento, hasta que una noche encontró una gran casa con un enorme
establo y se le hizo la boca agua cuando olio a los caballos al
entrar le resulto extraño que los animales no se moviesen asustados
pero estaba demasiado hambriento para pensarlo a si que eligió a uno
al azar y de un golpe lo tumbo y se bebió toda la sangre del pobre
animal , no le daban pena, solo eran comida, lo seco en un par de
minutos bebiendo con avidez mientras el pobre caballo movía las patas
sin parar hasta que se fueron parando lentamente a la vez que el
ritmo de su corazón y Jerone entonces lo soltó y se relamió los
labios, por fin después de tanto tiempo estaba saciado y eso debió de
hacer que notase un olor que no había olido hacia mucho tiempo aunque
no era el mismo en cuanto se levanto.
No tuvo mi tiempo en salir
por donde había entrado se abrió la puerta con rapidez y entro en el
establo un hombre, en cuanto lo vio, Jerone supo que era como el, su
olor a si se lo dijo y a pesar de eso se arqueo dispuesto a lo que
fuera, el hombre sonrió divertido antes esa pose defensiva, mientras
lo evaluaba con la mirada
-No es necesario que
adoptes esa pose conmigo, no voy a hacerte nada, solo siento que era
mi caballo preferido pero bueno, no pasa nada, me llamo Abraham y
estas en mi establo, tal vez desees venir a mi casa, creo que hace
bastante que no te aseas y creo que te vendría bien un buen baño-le
dijo con un tono de voz suave que por algún motivo a el no le gusto
nada por lo que asomo sus colmillos pero no cambio de posición, el
hombre se echo a reír
-Esta bien lo que desees,
puedes quedarte aquí lo que quieras, cuanto desees, estaré en la
casa si cambias de opinión-le dijo y sin mas dio media vuelta y salio
por donde había venido, Jerone se quedo unos segundos allí sin
moverse, luego miro a su alrededor, estaba cansado y el alimentarse
le había producido mas cansancio aun, a si que decidió tumbarse en la
paja y dormir, después pensaría en que hacer nada mas dejarse caer en
un rincón sintió como sus músculos se relajaban y se quedo dormido.
Horas después comprendio
que ese error lo iba a pagar con creces el resto de su
existencia, cuando
despertó ya no estaba en el establo eso lo noto antes de abrir los
ojos, la superficie donde estaba tumbado era fría y el olor no tenia
nada que ver al de un establo cuando intento levantarse, se dio
cuenta de que no podía y al abrir los
ojos le entro en pánico,
estaba en una sala encendida con velas un lugar extraño que no había
visto nunca el techo era alto y las paredes de piedra con tiras de
cuero al intentar de nuevo levantarse se dio cuenta de que estaba
atado con unas especie de pulseras de acero por los tobillos y las
muñecas, estaba desnudo, sus ojos se abrieron al maximo¿como había
pasado eso ? ¿como no se había dado cuenta ?
De repente de una de las
esquinas salio el hombre que había visto en el establo y lo miro haciendo una
mueca
-Lo siento, se que estas
un poco confuso pero no le puedo negar nada a mi esposa y desde que
te a olido, te a deseado a si que como negarle algo, lo único que
puedo hacer por ti es darte un consejo, no se lo pongas difícil y
todo sera mas fácil para ti, si eres amable y le complaces bien no
tardaras en salir de aquí-le dijo, Jerone le miro sin entender nada,
-¿Como?-jadeo, su voz
sonó ronca, ya no recordaba cuando fue la ultima vez que había
hablado y le dolió la garganta al hacerlo, el hombre movió la cabeza
-Tu relajate y todo ira
bien, cuanto antes lo entiendas antes te soltaran, tienes cara
de chico listo,
recuerdalo-le dijo y sin mas se dio la vuelta para salir
-Noooo-grito Jerone pero
el hombre no le hizo caso y cuando se quedo solo empezó a gritar
rasgando su garganta de dolor pero no paro hasta que se quedo sin voz
ahora si se sentía como un animal y desde luego esta vez no era el
depredador, esta vez era el cazado y por alguna razón noto como sus
ojos se humedecian y algo salado y liquido salio de ellos, sin
saberlo estaba llorando.
Se quedo a si hasta que se
volvió a abrir la puerta y entro una mujer con un vestido de seda
blanco, con el pelo rubio cayendo por sus hombros, al verle sonrió
-Estas despierto-susurro
mientras entraba Abraham detrás de ella, Jerone se revolvió en la
mesa pero solo consiguió hacerse mas daño, la mujer se acerco
lentamente y le acaricio las piernas mirándole de una forma que el
nunca antes había visto
-Despierto eres mucho
mejor-susurro recorriéndole los muslos lentamente hasta
la entrepierna-de verdad
eres todo un regalo
Jerone se movió inquieto
no le gustaba el olor que desprendía ella era un olor dulce y
demasiado fuerte
-No creo que pueda esperar
para tenerte-murmuro de nuevo dejando caer el vestido al suelo y
subiéndose a el a horcajadas sus manos se perdieron en su entrepierna
a la vez que soltaba un gemido, Jerone sintió un asco inmenso
mientras veía como la mujer se encojia y hundía la cara entre sus
piernas lamiéndolo con avidez,al instante algo pesado se instalo en
su ingle y la mujer soltó un gemido, Jerone sintió de nuevo ese
escozor en los ojos, nunca nadie le había tocado esa zona de su
cuerpo y tras unos segundos la mujer se incorporo
-Por la santa madre es mas
de lo que yo esperaba-exclamo abriendo los ojos, Jerone levanto la
cabeza algo enorme sobresalia de su ingle algo que el no había visto
nunca, se echo de nuevo hacia atrás cerrando los ojos a la vez que
la mujer lo montaba de nuevo sintió la humedad entre las piernas, la
humedad de ella, sintió como si algo lo absorviera, la mujer empezó a
moverse hacia arriba y hacia abajo soltando gemidos que se
convirtieron en jadeos hasta que grito y se inclino sobre el
-Eres el mejor de todos,
vamos a disfrutar inmensamente contigo-le susurro al oído y sin darle
tiempo a nada le mordió en el cuello, Jerone grito, aquello le dolió
y se sintió mareado, estuvo a punto de desmayarse cuando ella se
aparto lamiéndose los labios para después bajarse de el y de la mesa
-Amor alimentalo bien,
creo que a mis amigas les va a encantar-murmuro pasando por el lado
del hombre y rozándole la cara con la mano que no llevaba el vestido,
Jerone levanto la cabeza y soltó un jadeo aquello seguía levantado
brillando y cerro los ojos asustado,no estaba seguro que le podría
mas miedo aquella cosa que sobresalia de su cuerpo, el dolor del
cuello después de haberle mordido o la frase que había pronunciado la
mujer “ vamos a disfrutar inmensamente contigo”
Laura Red
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