viernes, 20 de diciembre de 2013

Sangre


Escocia hace 130 años...


Jerone se había perdido lo tenia mas que claro, había salido mil veces a recorrer esos
bosques pero a pesar de que solo tenia 10 años no reconocía nada de lo que veía, ni
un árbol, ni una hoja, ni ningún olor, su padre siempre le había dicho que si tenia algún problema siempre confiara en su olfato y esta vez su olfato no reconocía nada de esos olores que el respiraba, el corazón le latía muy deprisa se estaba asustando se había perdido y la noche estaba llegando mas deprisa de lo que el se esperaba
a si que lo único que se le ocurrió es salir corriendo entre los arbustos a ver si lograba
encontrar algo conocido, aunque fuese una pequeña huella, algo pero al cabo de un
rato no consiguió nada a si que estando mas asustado aun se sentó apoyando su
espalda en un árbol y se abrazo a sus piernas, pensó que tal vez alguno de sus
hermanos mayores fuesen a buscarle como hacían casi siempre, tenia hambre y
echaba de menos a su madre, intento que las lágrimas no le saliesen de sus ojos
llorosos respiro muy hondo y apoyo la barbilla en sus rodillas, el bosque se lleno de
oscuridad y con el un montón de sonidos que le llegaban de todos lados se encojio
aun mas y cerro los ojos “por favor, por favor que mama o alguno de la casa venga a
buscarme”se repetía una y otra vez pero pasaron las horas y nada.
Hasta que se quedo medio dormido por el cansancio, hasta que escucho un sonido
extraño que lo devolvió a la realidad haciendo que casi se muriese de un susto y se
levanto de un salto saliendo corriendo como si le persiguiera el mismo demonio
perdió la cuenta de las veces que cayó al suelo y se levanto siguió corriendo hasta que
las piernas le temblaron y paro para coger aire el miedo le atenazaba el cuerpo y
volvió a correr pensando que nadie le había ido a buscar ¿era un castigo?

Cuando quiso darse cuenta el sol empezó a despuntar haciendo mas claro el lugar por
donde corría pero eso no le ayudo en nada solo se dio cuenta de que estaba mas
perdido que nunca hasta que salio a un camino casi de estampida y cayó al suelo una
vez mas a la vez que veía como un carro se acercaba, intento levantarse pero no pudo
no tenia fuerzas y le dolía el cuerpo a cuatro patas lo único que podía era respirar a
grandes bocanadas el carro se paro a su lado
-Pero que haces aquí niño-le voz de un hombre hizo que levantara la cabeza y le
mirase, era un hombre mayor al respirar su esencia se dio cuenta de que no era como
el, su padre le había contado que había varias clases de personas que los suyos era
diferentes a los humanos y que no tenia que decírselo nunca a nadie que desconfiara
de los extraños pero estaba asustado muerto de sed y de hambre
-Me e perdido -musito y apenas reconoció su voz, estaba ronca, el hombre le miro
-No sabes donde esta tu casa?¿como te llamas?-le pregunto, Jerone se arrodillo con
mucho esfuerzo y movió la cabeza
-No, no lo se y me llamo Jerone-volvió a decir, el hombre asintió con la cabeza sin
dejar de mirarle
-Bueno veo que estas echo un asco, por que no subes al carro te llevo a mi casa y
vemos si podemos hacer algo -le insinuó, Jerone sabia que su padre no aprobaria eso
pero el no estaba allí y el estaba confundido y asustado al levantarse vio que tenia las
manos llenas de arañazos le escocían pero no le importo el era fuerte, su madre
siempre lo decía, se subió al carro con cuidado y el hombre siguió mirándolo
-Me llamo Jacob, mi granja no esta muy lejos, creo que necesitas algo de comida
Jerone-le dijo y movió la fusta para que el caballo empezara a andar, cuando el carro
empezó a moverse Jerone sintió una extraña sensacion, como si le arrancaran parte de
el y lo alejaran de su hogar

Jacob le contó que en la granja vivía con su mujer y que no tenían hijos que la granja
era pequeña y que les costaba mucho llevarla adelante, Jerone apenas lo escuchaba
solo tenia miedo cuando llegaron a la granja se bajo del carro, mientras de la casa
salia una mujer con aspecto de enferma, noto su enfado en cuanto lo vio, lo pudo oler
cuando Jacob le contó que se lo había encontrado en el camino, la mujer lo miro con
desprecio y fulmino al marido con la mirada, el vaso de leche que le dio y el trozo de
pan duro hizo que le doliese la barriga pero se lo comió con ansiedad mientras les oía
susurrar en un rincón de la pequeña y sucia cabaña, para su oído no era problema
alguno oírles hablar, la mujer que se llamaba Elizabeth no estaba nada contenta, no
paraba de quejarse de que no podían mantener una boca mas, que bastante les costaba
pagar a un hombre para que ayudara en la cosecha pero Jacob no pensaba igual, el
creía que si Jerone le ayudaba en los trabajos y le daban de comer se podían ahorrar
el dinero y les saldría mas barato, en cuanto dijo eso a la mujer se le cambio el tono
de la voz, es mas olio la tranquilidad en ella y la avaricia de ahorrarse el dinero, mientras el se preguntaba que seria de el y volvió a tener ganas de llora.



                                                                                                   Laura Red  

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